El águila de Haast es considerada como el águila más rara del mundo. Esta especie, que se encuentra extinta en la actualidad, habitó en la Isla Sur de Nueva Zelanda. Conocida científicamente como Harpagornis moorei, esta imponente ave de rapiña fue el depredador dominante en su ecosistema durante varios siglos.
Con un tamaño extraordinario, el águila de Haast podía llegar a medir casi un metro de altura y alcanzar una envergadura de alas de hasta tres metros. Tenía un plumaje de color marrón oscuro, que le permitía camuflarse entre los bosques y montañas de su hábitat.
Lo que hace a este águila tan especial y rara es su dieta y comportamiento. A diferencia de otros águilas, el águila de Haast era un cazador especializado en presas de gran tamaño. Su principal alimento era el moa, un ave no voladora que también habitaba en Nueva Zelanda y que podía llegar a medir hasta tres metros de altura.
Esta ave rapaz utilizaba su envergadura y fuerza para atacar a los moas, lanzándose en picado sobre ellos desde las alturas. Su enorme tamaño y capacidad de vuelo le permitían cazar y llevarse a un moa adulto con facilidad, gracias a sus garras y poderoso pico. Esta técnica de caza tan singular y su especialización en una presa específica contribuyeron a su rareza y singularidad.
Aunque el águila de Haast se extinguió hace varios siglos, su historia y características siguen fascinando a los investigadores y amantes de la naturaleza. Su desaparición se atribuye a la caza indiscriminada de los moas por parte de los primeros humanos que llegaron a Nueva Zelanda, lo que llevó a la falta de alimento para las águilas y, eventualmente, a su extinción.