Las plantas de fresa, al igual que muchos otros cultivos, requieren de un proceso de crecimiento y desarrollo para poder producir frutos sabrosos y saludables. Generalmente, las plantas de fresa tardan entre dos y tres años para alcanzar su máximo potencial de producción y rendimiento.
En el primer año, las plantas de fresa se enfocan en el establecimiento de sus raíces y hojas. Durante este tiempo, las plantas de fresa pueden producir algunas bayas pequeñas, pero su cantidad será limitada.
En el segundo año, las plantas de fresa se fortalecen aún más y producen bayas más grandes y abundantes. Durante este tiempo, las plantas de fresa pueden producir de 150 a 300 gramos de bayas por planta.
Finalmente, en el tercer año, las plantas de fresa alcanzan su máximo potencial de producción y pueden producir de 500 a 900 gramos de bayas por planta. A partir de aquí, las plantas de fresa pueden continuar produciendo bayas durante varios años, aunque su producción disminuirá gradualmente con el tiempo.
En resumen, las plantas de fresa tardan dos o tres años en crecer y establecerse antes de poder alcanzar su máximo potencial de producción. Si se cuidan adecuadamente, estas plantas pueden producir bayas sabrosas y saludables durante muchos años.